Gonzalo Giner QUIQUE DACOSTA en su futuro restaurante, en ese entonces, llamado El Poblet. Y, como trabajador de ese restaurante, se dio cuenta de que la apariencia de un buen restaurante, entre bambalinas, no era tal. A veces, uno aprende por la negativa y saber que así no es como uno quiere hacer las cosas. Y esta certeza marcó una dirección. Lo que veía y lo que leía, decididamente, no coincidían. Así que abandonó ese rumbo y se fue, pero como los héroes clásicos, después del viaje que lleva al conocimiento, volvió. Y volvió con la convicción de que la única forma de abrir ese camino era por prepotencia de trabajo, de energía, de eficiencia y de calidad. Y así fue. LA CAJA DE PILUKA Estábamos sumergidos en la historia, cuando llegó la Jefa de cocina, que nos llamaba al presente. Y el presente abre paso a la maravilla: una delicada “caja de Piluka”, un joyero musical comestible. Un presente que nos transporta otra vez al pasado, a esos recuerdos de la infancia que habíamos olvidado que siguen allí, esperando que alguien o algo los despierte, como el joyero de una madre, las joyas, el perfume… “Es una caja fantasiosa”, explica el chef mientras abrimos la tapa y se revela un interior que juega con los matices olfativos del perfume Agua de rosas, de Adolfo Domínguez. Este plato no solo es un festín para el paladar, sino también una muestra de la capacidad de Dacosta para transformar lo cotidiano en extraordinario. Y EL CAMINO SE ABRIÓ Cuando aquel joven ya era Quique Dacosta, primero se convierte en socio de ese primer restaurante y, varios años después, ya con dos estrellas Michelin, en dueño. Y así se resume Dacosta el comienzo de la historia, buscando las palabras que se escapan: “Yo diría que la cocina me elige a mí. Me trae de Jarandilla a Denia, me coloca en un escenario muy concreto, en una gastronomía en la que tengo que aprender y profundizar porque es el lugar que me va a permitir expresarme como ser humano. Y yo estoy aquí porque la cocina me ha dado esta oportunidad, entonces, yo soy un obrero de la cocina”. “Yo diría que la cocina me elige a mí. Y yo estoy aquí porque la cocina me ha dado esta oportunidad, entonces, yo soy un obrero de la cocina”.
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