COMUNICAV 30_31 NUESTROS COMPAÑEROS EN LA DANA Desde el primer momento, cuando el agua comenzó a asomarse por las calles, la angustia se generalizó entre los vecinos de Catarroja. Dos compañeras colegiadas del ICAV se encontraban en su despacho y relatan que, en cuestión de minutos, el local comenzó a inundarse. Hicieron todo lo posible para poder salvar sus archivos y mobiliario, pero, llegados a un punto, no tuvieron otra opción que salir a buscar ayuda. Gracias a la solidaridad de unos vecinos, pudieron refugiarse en su casa hasta que, dos días después, la Unidad Militar de Emergencias abrió la salida que había sido obstaculizada por una pila de coches. Ellas perdieron su despacho, fruto de un trabajo de más de diez años. “Fue una situación dantesca, el agua alcanzó los 2,40 metros, por lo que, ha sido imposible recuperar nuestras pertenencias. Salvamos agendas judiciales, pero perdimos toda la documentación”, explicó una de ellas. Tras esta catástrofe, cientos de abogados de la Horta Sud y La Plana de Utiel-Requena han perdido por completo su despacho, lo que ha afectado gravemente su labor. Al impacto psicológico que les ha dejado esta experiencia, se suma la pérdida de su lugar de trabajo y la falta de documentación para poder continuar con los casos de los clientes. Asimismo, numerosos abogados del Turno de Oficio encontraron serias dificultades para cumplir con sus guardias en otras sedes. La pérdida de vehículos y la escasez de transporte público hicieron inviables los desplazamientos a la Ciudad de la Justicia. Las únicas alternativas disponibles, el tren de cercanías y el autobús, generan retrasos considerables y el traslado se ve afectado, ya que el servicio de metro aún no se ha reanudado. Ante esta difícil situación, una vez más, ha prevalecido la solidaridad de los compañeros. Abogados de otras demarcaciones ofrecieron su apoyo y colaboraron para cubrir las guardias y garantizar la continuidad del servicio. “Fue una situación dantesca, el agua alcanzó los 2,40 metros. Salvamos agendas judiciales, pero perdimos toda la documentación”. Por Sofía Rodrigo
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