Ricardo Ten Como solemos hacer, aunque a veces el ajetreo de la ciudad nos lo impide, llegamos unos minutos antes a la Alqueria del Pou, un restaurante enmarcado en la Huerta Valenciana. Al poco tiempo aparece Ricardo. Su trato cercano y su naturalidad nos confirman lo que ya sospechábamos: no solo es un gran deportista, sino también una gran persona. Ya nos había sorprendido durante nuestra comunicación telefónica previa. No solo estábamos hablando nada menos que con Ricardo Ten, sino que, cuando, como solemos hacer, le ofrecimos elegir un lugar cómodo para él o acercarnos a su pueblo, Ricardo nos sorprendió diciéndonos que no nos preocupáramos, que él se acercaba adonde nosotros dijéramos. Esa actitud, tan simple y a la vez tan reveladora, nos da pistas sobre cómo ha logrado llegar a donde ha llegado. Como sucede cuando charlamos con la gente franca, la sencillez genera reflexiones profundas. Y esta es la que nos rondará durante y después de la charla: la verdadera inclusión de la diferencia quizás sea, justamente, no hacer diferencias. RICARDO TEN Redefinir los límites
RkJQdWJsaXNoZXIy NTQ2OTk=