Gonzalo Giner LA RESPONSABILIDAD DEL ESCRITOR A esta altura de la charla de amigos y aunque queremos hablar de sus libros y sus premios, ya sabemos que no hay mejor premio que el efecto que provocan en sus lectores y que la literatura regocija y sana. Basta una pequeña y enorme historia de esta misma semana. Un chico le mandó un mensaje en el que le contaba que hace ocho años había tenido un problema mental grave y le recomendaron, para poner la cabeza en otra cosa, leer El sanador de caballos. Hoy se encuentra bien y puede afirmar que este libro le ha salvado la vida. Es así como Gonzalo entiende la literatura, no solo como un agradable momento creativo: “Cuando escribes también estás trasladando tus emociones, tu forma de interpretar la vida, cómo también resuelves tus problemas, cómo te planteas también las relaciones personales, el amor, el arte, cómo respiras una música, cómo llegas a desviar tu atención hacia cosas que pueden ser muy pequeñas, y todo esto te lo dan los libros, y es lo que yo intento trasladar a los demás”. Muchas veces la magia sucede y cala hondo, como en esta novela, que logra conjugar de manera muy original, un héroe medieval con el que nos podemos identificar, pero, por sobre todo, la relación entre este héroe y un caballo.
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