las fachadas, se puede advertir una primera planta construida con piedra, la segunda con tapial y, las siguientes, con lajas, dispuestas verticalmente, y yeso. En los tejados, las tejas se asientan sobre vigas de madera, cubiertas con caña, barro y yeso. Detrás del Ayuntamiento, en la calle del Empedrado se encuentra la antigua cárcel, actualmente sala de exposiciones. En la Plaza de la Iglesia, se podrá apreciar el Portal de San Vicente, resto de la antigua muralla. Pero sin duda, el edificio más imponente es la Iglesia Arciprestal de San Pedro y San Pablo, edificio del siglo xvii, que con su doble escalinata y su torre campanario de 40 metros de altura, impone su presencia. En su interior, se conservan diversas piezas de orfebrería y una de las obras artísticas de la comarca: la tabla de La virgen de la leche con donante, de la escuela veneciana. EL CUBO DE JOSÉ MAROTO Antes de continuar el ascenso, vale la pena detenerse en el Cubo de José Maroto, cuidadosamente restaurado en el año 2008. No será difícil imaginar, entonces, que, después de la vendimia, en el mes de septiembre, la uva se transportaba a lomo de mula hasta los cubos. Los cubos eran edificios de dos plantas. En la planta de arriba, sobre el tablado se extendía la uva para ser pisada y, en la parte de abajo, se recogía el mosto. Una vez pasado el proceso de maceración, se retiraba el vino que se depositaba en toneles. Desde el camino que parte desde el cubo de José Maroto, es posible acceder a la zona de las ruinas del castillo, del que apenas quedan vestigios, que ha sido acondicionado como un área de recreación. En este momento, conviene hacer un pausa para tomar aliento y disfrutar de las vistas panorámicas sobre el valle del Turia y, al costado, se podrá observar el pico Castro, con su característica forma. Desde aquí, podremos continuar por un camino pavimentado hasta el mirador de los Zafranares. COMUNICAV 36_37 Fotografías: gentileza de Tourist Info de Ademuz
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